En este pequeño pueblo provenzal se instala un nuevo panadero, Aimable. Su esposa Aurelie es hermosa y mucho más joven que él. Ella parte con un pastor la noche después de que Aimable produce sus primeros panes. Aimable está tan afligido que ya no puede trabajar. Por lo tanto, los aldeanos, que inicialmente se rieron de sus cuernos, se toman el asunto muy en serio (quieren el pan) y organizan un plan para encontrar a Aurelie y llevarla de regreso a la panadería.